sábado, 7 de marzo de 2015

8 de marzo: un día para celebrar y evaluar

  • Algunos celebran a la mujer como objeto. Otros persisten en lo adverso que es el mundo para la mujer. ¿De qué se trata el 8 de marzo? Hay mucha tarea por delante en cuanto al respeto que se le debe a la mujer.
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    Desde hace unos años observo una polarización en la sociedad ante el Día de la Mujer. Por un lado, muchas personas recuerdan de forma festiva a la mujer en el lugar que el mundo masculino le ha asignado o, en otras palabras, celebran, difunden y promueven el sexismo exacerbado que coloca a la mujer como objeto de la satisfacción del mundo masculinizado, así como una abnegada trabajadora y madre sin permiso de tener más ambiciones que las de complacer a ese mundo.
    Por otro lado están las estridentes voces que le dicen a la gente que el Día de la Mujer es un día de luto y dolor para ella y que, por lo tanto, nada de "lo femenino" se debe celebrar, porque el asunto es completamente perteneciente a la lucha por los derechos de la mujer, pero no para celebrar su naturaleza.
    En efecto, el Día de la Mujer es una fecha oficialmente reconocida, en cuya elección influyó que en marzo de 1911 ocurriera un incendio en una fábrica de camisas de Nueva York, en el que murieron 123 mujeres, todas inmigrantes europeas y judías, y muchas de ellas menores de 18 años.
    En 1977, la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer Trabajadora y la Paz Internacional. Ese es su nombre oficial. En 1995, la misma asamblea firmó la Declaración y la Plataforma de Pekín, una agenda específica para ayudar a las mujeres a obtener y hacer valer sus derechos, específicamente hablando, los mismos derechos que los varones.
  • Ser mujer

    La mayoría de las personas que visitan con regularidad familias son mujeres. Mediante sus comentarios y la cantidad de veces que consultan los artículos, le comunican al equipo de la página sus inquietudes, sus anhelos, sus dificultades para enfrentar la vida, y he descubierto dos cosas importantes respecto a las mujeres que quiero compartir contigo:
    1. Que la mayoría de las inquietudes que tienen las mujeres son muy semejantes a las que tenemos los hombres: nos atormenta la infidelidad, perder el amor de nuestra pareja, ser malos padres. Anhelamos triunfar en la vida, alcanzar la estabilidad material, pero sobre todo, buscamos la estabilidad emocional y familiar: queremos ser felices.
    2. También que el mundo sí es mucho más adverso para la mujer. ¿Por qué? No creo tener espacio suficiente en un solo artículo para detallar todas las formas en que una mujer puede ser atropellada con abusos que casi no victimizarán a varones.
  • Un tercer punto

    Permíteme añadir una tercera consideración que he descubierto a lo largo de mi vida: que los hombres no nacemos con un gen de misoginia. La primera persona a la que amamos es una mujer: nuestra mamá. Por desgracia, es ella quien muchas veces genera, nutre y hasta fermenta el trato diferente, que pone en desventaja a las demás mujeres, como cuando ordena a la hermana menor a cocinarle al hermano mayor o al papá, y consiente a los hijos varones.
  • La culpa es de…

    Pero debo volver sobre mis palabras para entender que así como los niños varones no nacieron con la disposición de maltratar a la mujer, tampoco las madres se lo inventaron por capricho: fue la otra "mamá", la "gran mamá", la cultura, aquellos valores de nuestra sociedad que no son adecuados. Una sociedad que no ha entendido la diferencia entre los arquetipos (modelos positivos, adaptables y universales) y los estereotipos (rígidos, sexistas), difícilmente podrá engendrar hijos e hijas que traten con igualdad a hombres y mujeres.
    Los hombres y las mujeres somos distintos en lo corporal, lo genético, lo intelectual, lo sentimental, en los estilos de andar y aprender de la vida. Por eso es necesario que se garantice la igualdad de derechos para todos.
  • ¿Lo debo celebrar o no?

    El 8 de marzo es una fecha para celebrar los logros que se han alcanzado en materia laboral, jurídica, de impartición de justicia y en la percepción pública de la mujer. Pero también es una fecha para recordar que a todas nuestras sociedades les falta mucho para alcanzar un clima idóneo en el que toda mujer de cualquier edad se sienta libre de siquiera un elemento amenazante o incómodo que los varones no experimenten.
    Por ejemplo, no hay motivo de celebración en sociedades donde las empresas sigan pidiendo a las solicitantes de empleo un certificado de no embarazo, ni donde las faltas a las normas morales se castiguen con más severidad sobre ellas que sobre los varones. Pero el 8 de marzo sí es un día para recordar que hay mucha tarea por hacer.
    Te toca a ti determinar si tu familia (y tu ambiente de trabajo, tu sociedad, etcétera) es un ambiente idóneo para el libre desarrollo integral tanto de hombres como de mujeres y, dado el caso, generar tu versión hogareña de la Declaración de Pekín: un plan para comenzar a hacer de la vida una experiencia feliz sin importar el sexo.

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