
Cuida siempre que tu comunicación con tus seres queridos sea guiada por el amor y el respeto. Los conflictos son el pan de cada día. Aprende a resolverlos sin herir a tu familia.
Adriana, una chica joven, de unos 19 o 20 años, muy fría en su trato, trabajaba como asesora de servicios en un compañía de telecomunicaciones, de la cual yo era cliente. Una tarde me acerqué para hacer una reclamación por un servicio, y noté que ella había llorado....